Aunque se utilizan desde épocas muy remotas, fueron los romanos con sus costumbres quienes popularizaron la práctica del baño termal. En Gallaecia (las actuales Galicia y norte de Portugal) las aguas minerales fueron germen del desarrollo comarcal, al propiciar agrupaciones urbanas en cuya toponimia todavía permanece viva la huella del pasado romano. Muchas villas y ciudades que los romanos fundaron atraídos por la existencia de aguas minerales disfrutan todavía de balnearios activos. Galicia con el 17% de la oferta termal de España lidera esta oferta como destino termal de referencia.
Los balnearios se diferencian de los spas en que los primeros poseen aguas minero-medicinales de utilidad pública y están dotados de instalaciones que permiten realizar tratamientos médicos o programas de salud para cualquier edad.
Galicia, manantiales de salud y descanso
Galicia cuenta con una enorme riqueza mineromedicinal en su suelo.
Están catalogadas más de 300 captaciones, de las que 20 son utilizadas por balnearios
