La ciudad alemana de Dresde, capital del estado de Sajonia, entusiasma a sus visitantes desde siempre, con una mezcla fascinante entre tradición y modernidad.
Al caminar por su espléndido casco histórico, salpicado de edificios renacentistas, barrocos y clasicistas, se despliega todo el extraordinario encanto de la ciudad, a la que con razón llaman la Florencia del Elba. Aquí, desde 1434, se celebra el mercado navideño más antiguo de Europa: el Dresdner Striezelmarkt, que posee una ruta de un kilómetro de largo y más de 300 casetas de mercadillos tradicionales. En algún puesto se puede probar el famoso stollen, bollo de Navidad con uvas pasas y otros frutos secos que tiene su origen en Dresde.
Pero la ciudad posee una riqueza artística extraordinaria que hace que pueda ser visitada durante todo el año. A pesar de los graves daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial, el centro histórico ha conservado o reconstruido sus conjuntos arquitectónicos. Destaca el palacio real, uno de los edificios más significativos: soberbias las figuras y los objetos preciosos de marfil y plata que allí se encuentran. De visita obligada es también la Frauenkirche, la iglesia de Nuestra Señora, que aún conservando su nombre católico, se considera el punto culminante monumental de la Iglesia protestante. Y la catedral barroca, justo al lado de la Semperoper. El Desfile de los Príncipes es el nombre de un mural ubicado en el centro histórico que muestra un desfiles de jinetes y que está formado por unos 24.000 azulejos de Meissen, por lo que es el mosaico de porcelana mas grande del mundo. Y, cómo no, la gran obra barroca que es el palacio Zwinger, con su colección de más de 20.000 objetos de porcelana y su pinacoteca de maestros antiguos. Tu agencia de viajes te podrá recomendar el adquirir el Dresde Museum Card (desde 22 euros) que incluye la entrada a las atracciones mas populares como son: la propia colección de porcelana, la galería Komische Meister, la exposición al Palacio Zwinger, el Museo de Sajonia y la exposición de marionetas, el Museo Green Vault, además de descuento en numerosas actividades. Saliendo de sus cuidad, en los alrededores es más que recomendable desplazarse a los castillos del Elba o a la ciudad-jardín de Hellerau.
Dresde apasiona, se mire por donde se mire. Sí bien no existen vuelos directos desde Galicia a esta ciudad alemana, una buena opción es volar a Berlín o Praga. En este caso, además de una posible visita a la capital Checa, existen opciones de bus o tren con múltiples frecuencias diarias, que en menos de dos horas enlazan las dos ciudades.