Canadá es un país rico e inmenso, el segundo en superficie del planeta. Su naturaleza es de una belleza inmensa. Extensísimos parques naturales con recursos de una riqueza silvestre que se une a estilos de vida que concilian modernas ciudades y localidades primitivas en cada una de sus provincias y territorios.
Y es concretamente en la provincia de Quebec —en la costa este— donde nos encontramos una de las zonas más atractivas del país por su geografía, por su historia y por su cultura. Ciudades como Montreal, la segunda urbe francófona más poblada del mundo, y una de las primeras ciudades de Canadá por su dinamismo y actividad cultural. Fue elegida hace 45 años por John Lennon para grabar su canción Give Peace a Chance, en protesta por la guerra de Vietnam. O, viajando más hacia al norte, a orillas del río San Lorenzo, se alcanza la ciudad de Quebec, último bastión europeo, que nos sorprenderá mientras recorremos su centro histórico —su recinto amurallado es patrimonio de la Unesco— antes de comprar algún regalo en las tiendas de artesanía esquimal. Y, cómo no, para descansar de tanta visita, la propuesta de realizar un crucero fotográfico de avistamiento de ballenas por la región de Charlevoix —clasificada por la Unesco como reserva mundial de la biosfera— nos dejará un recuerdo imborrable de este país.
Muchas agencias ofrecen diferentes opciones de circuitos a este destino moderno, fascinante y muy acogedor. Una propuesta de vacaciones de chapeau.