Por Agustín Vázquez
Al llegar a Gante, lo primero que nos cuentan, sabiendo que somos españoles, es que Carlos I, Carlos de Austria y nieto de los Reyes Católicos, nació en esta ciudad allá por el 1500. Lo segundo es que, en el siglo XVI, fue la segunda ciudad europea mas grande al norte de los Alpes. Orgullo flamenco. Pero el pasado no es el único aliciente que posee Gante para el viajero de hoy. Es una de la ciudades más visitadas de Flandes, junto con la medieval Brujas, por su animación tanto diurna como nocturna. También por su edificaciones en barrios como el Patershol, con sus casitas entre calles estrechas y llenas de curiosidades, como la plaza Vrijdagmarkt y el mercado de los viernes, o el castillo de los condes de Flandes. También dedicar tiempo a sus museos, visitables todos desde 36 euros con la tarjeta CityCard Gent, y que al adquirirla permite subirse gratis a todos los tranvías y autobuses del centro histórico. Por su vinculación fluvial, por ser punto de encuentro de los ríos Lys y Escalda, es navegable por cruceros de placer.
Acerarse a conocer los antiguos muelles de los granos o de las hierbas, para disfrutar en una terraza bebiendo una cerveza belga (dicen que hay sobre 365 variedades, una diferente para cada día) , divisando el puente de san Miguel. Pero lo que no debe perderse el viajero, sobre todo si es un apasionado de la pintura , es su catedral de San Bavon y su joya más visitada: la Adoración del Cordero Místico, una de las obras mas importantes del arte flamenco y la más robada de la historia. Tan importante es para la ciudad que existe una selección de restaurantes, cafés y tiendas con nombres de inspiración religiosa.
PUBLICADO SUPLEMENTO FUGAS LA VOZ DE GALICIA. 10 DE JUNIO DE 2011